DIFERENCIAS ENTRE CRIPTOMONEDAS Y TOKENS

Hay muchas dudas con respecto a estos dos términos, siendo muy sencillo confundirse por no saber exactamente en que se caracterizan cada una.

Criptomonedas

Como es bien sabido, una criptomoneda es una moneda digital que ha sido encriptada mediante el uso de técnicas de cifrado. Estas son utilizadas como el dinero fiat, teniendo las características y las funciones que el dinero desempeña.

Mediante la tecnología de la cadena de bloques, Blockchain, quedan anotadas todas las transacciones que se hagan en el libro contable distribuido de la red de la criptomoneda, dándole a la moneda digital una serie de características. Las criptomonedas son muy seguras, siendo realmente complicado falsificarlas ya que para lograrlo haría falta una potencia de computación más grande que la de la propia red de nodos, y ni una empresa como Google tiene dicha potencia. Una de las características más atractivas de las criptomonedas es que ningún banco central o institución controla la red, siendo las transacciones peer-to-peer, sin ningún intermediario, por lo que son descentralizadas. En último lugar, las operaciones con criptomonedas son anónimas, siendo solo necesario un wallet.

Token

Un token es un código alfanumérico que puede ser público o privado, actúan como una especie de ticket que permite enviar un mensaje en su red, y sólo existe un token por cada red, por lo que no es posible que dos ordenadores transfieran estos mensajes a la vez.

Los tokens son muy similares a las monedas, otorgan la posibilidad de obtener una cantidad especifica de bienes o servicios, que han sido creados por la misma entidad que ha desarrollado el token. Sabiendo esto se puede observar que un token es capaz de representar tanto una moneda como un activo financiero, una acción, una propiedad o cualquier otro producto del mundo real.

Casi todos los tokens que surgen en la actualidad han sido realizados con la tecnología blockchain de Ethereum, empleando un protocolo estandarizado llamado ERC20.

Tokenomics

Ethereum se basó en la cadena de bloques de Bitcoin, pero con los cambios necesarios para introducir la capacidad de que cualquiera pudiera crear aplicaciones dentro de su blockchain. Con esto se pueden crear tokens que representen la adquisición de los bienes o servicios que se quiera, pudiendo ser tokens de materiales, oro, activos financieros, etc., Estos tokens creados se pueden intercambiar a través de los wallets, dividirse en cantidades decimales y comprarlos o venderlos en el mercado, causando una unión entre los tokens y la economía a la que se le ha denominado tokenomics, permitiendo que se puedan comprar bienes y servicios que de no ser por los tokens no podría hacerse por las limitaciones del material o del servicio.

En conclusión, la idea clave con la que hay que quedarse es que todas las criptomonedas son tokens, pero no todos los tokens son criptomonedas porque pueden representar otro activo distinto.